Para mí la enseñanza es mucho más que transmitir un conocimiento: es enseñar a aplicarlo en la vida diaria. Tanto las matemáticas como los estudios literarios, pasando por la física y química, tienen cabida en nuestro día a día y, por ello, una de las tareas más importantes de los docentes es enseñar a valorar cada una de las asignaturas que se imparten en un determinado curso.
Por esta razón, el aprendizaje no puede ser un proceso pasivo enclaustrado en un aula, sino que el estudiante debe ser un agente activo que cuestione, reflexione y ponga en práctica todo lo aprendido en un ambiente cambiante y en contacto con el medio que lo rodea. De esta forma, interiorizará los conocimientos en vez de memorizarlos. (En el dibujo los alumnos no están sentados porque entiendo el aprendizaje como un proceso activo).
El entorno juega un papel fundamental, ya nos situemos en la naturaleza o en una urbe. Es una fuente de conocimiento que ha sido ignorada por la enseñanza tradicional en beneficio de los libros a la que hay que devolverle su papel. ¿Cuántas teorías físicas se han deducido de la observación del comportamiento de la naturaleza? Solo hay que recordar a Newton y a su manzana o a Arquímedes y a su corona. (En el dibujo, el medio ambiente está representado por las montañas y el río).
Otro pilar fundamental en el que debe apoyarse la enseñanza es la sociedad. En mi opinión, los medios de comunicación, políticos, personajes públicos pero también la familia, los amigos y vecinos deben ser ejemplo a seguir de nuestros alumnos e inculcarles valores y principios sólidos que les permitan desarrollarse como personas que, a su vez, se convertirán en referentes de otros jóvenes. (En el dibujo, las casas representan a la sociedad).
Por último, hay que señalar la figura del docente porque es el guía que puede influir en el alumno de forma positiva o negativa aunque ello no solo depende del docente, sino también de la relación alumno – profesor que se establezca. Para conseguir que esta relación funcione hay que respetar la figura del profesor, no porque tenga la capacidad de premiar y castigar al alumno sino porque, debido a su edad, tiene más vivencias y experiencias acumuladas y, además, su trabajo es vocacional. Partiendo de estas premisas será fácil establecer un contacto estudiante-profesor en el que ambos salgan ganando. (En el dibujo, la figura del docente es de mayor tamaño para simbolizar la experiencia y el papel de guía del profesor).

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